sábado, enero 21, 2006

Lesbiana! Dijo la Partera



Fue en una pequeña clínica de un pueblo llamado Empalme, nombrado así por los nudos que dibujan las vías que ,como sangre por las venas, recorren el llano en su verde extensión acariciando fértiles tierras y se derraman a orillas del puerto.
Aquel 8 de Marzo, de 1972, a las 5 menos 10 de la madrugada, Doña Rosa libraría al mundo una colorada niña de 3 kg entre copos de nieve que aquel año traería por única vez por estos pagos húmedos, en esta ciudad que costea el río Paraná.

Fenómenos extraños sucedieron ese año, pero lo más raro, fue aquella mujer, aquella partera que había venido del campo, brotada del maizal, corriendo a suplantar a su amigo doctor que, perdido en el alcohol acudió a sus servicios aquella madrugada para "salvarle las papas". Era una partera que en sus tiempos de sequía, aconsejaba a granjeros y pudientes con sus palabras, entre cacharros, hierbas, conjuros y videncia. La gente hablaba de ella entre titubeantes dientes, y sus miradas escapaban con sus cuerpos si la veían pasar. Era una mujer temida por muchos, pero adorada por otros.

Cacha, así le decían, preparó a la parturienta, y las dos solas, comenzaron el trabajo. Ruidos agudos atravesaban la habitación del oscuro cuarto de la clínica, donde nadia estaba, salvo los parientes de la mujer que iba a parir, afuera, acalorados y nerviosos.

La tenue luz de la lámpara de 25 se quemó, entonces, Cacha comenzó a cantar y encendió con llamas violetas, verdes, rosas, doradas, rojas, azules y narajas el cuerpo de la madre pariendo. Cuando cacha tomó a la bebé entre sus manos, elevó vocales al unísono, se acercó suavemente hacia la madre somnolienta y le dijo, mientras acostaba a la bebe en su pecho: "Es una lesbiana" con una voz tan suave que la madre se adormeció. Tan extraña fue esa noche, que Doña Rosa no recuerda nada de lo que allí sucedió.

Fue Cacha, quien apareció en mis meditaciones y me contó la historia años después...