lunes, abril 17, 2006

Muñecas en mi vida

La primera muñeca que recibí como regalo fue a mis casi dos años. Mis padres me habían llevado a la casa de mi padrino que vivía en Viale, Entre Ríos. Como hacía mucho que no me veía, y porque era su ahijada, me recibió con un regalo: una muñeca “negra”. Cuando la ví, según cuenta mi madre hasta estos días, rompí en llanto y no paré de gritar hasta que la sacaron de mi la vista.
Mi adorado padrino, el negro, pensó que era una cuestión de “color” ya que, como yo era una coloradita de cachetes rozagantes, creyó que me gustaría más una que se parecida más a mí. O quizás pensó que yo era ya una racista perdida.
Minutos más tarde apareció con una muñeca rubia de pelo largo y blanquita. Según mi madre, mi cara no había cambiado demasiado pero, por lo menos, el llanto había desaparecido. De todas formas la muñeca quedó por ahí.
Afirman mis padres que fue el primer papelón de mi corta vida que les hice pasar con los parientes panzas verdes del lejano este.
Claro está que no volví a saber más de muñecas hasta un año después, cuando papá Noel tuvo la peregrina idea de regalarme una. Esta, la segunda muñeca era más gordita, con rulitos dorados y con una sonrisa dibujada en su carita, así me la imaginé por años, ya que tampoco la recuerdo. Lo que sí recuerdo de aquellos años era la estufa azul a kerosén que teníamos en casa. Ese mechero gastado, ennegrecido que se encendía en rojos y naranjas. Recuerdo también el calor que empañaba mi mirada cuando permanecía horas frente a esta que encendía mis mejillas y le daba calor a mi cuerpo invierno.
Según las fuentes, parece ser que la segunda y última muñeca que recibí de regalo, terminó de cabeza en el mechero, por supuesto, cuando éste estaba dando sus mejores naranjas.
Después de treinta años, mi madre sigue contando aquellas vivencias con cierta extrañeza, aunque no para de reír cuando lo cuenta y deja un silencio invitando a posibles respuestas por parte de sus oyentes.

Querida madre, yo no recuerdo haber tenido muñeca alguna en mis manos. Cuando comencé a jugar, disfrutaba haciéndolo con juguetes: autitos, camiones, ladrillitos, instrumentos musicales, bolitas, hasta jugaba a las escondidas y a la mancha con mis amigos a medida que crecía mi cuerpo.
Pero con una muñeca nunca pude jugar.
¿Cómo pensar en manipular un pedazo de plástico con forma de nena?
¿A quién se le habría ocurrido convertir la figura humana en plástico para jugar?
No, mamá, las muñecas no deberían existir y no se puede manipular nenas, ni siquiera de plástico.


Información respecto del significado y origen de las muñecas:

Según La Real Academia Española http://www.rae.es/

Muñeca es (entre otras definiciones): Figura de mujer que sirve de juguete.

Según varias webs (la mayoría ha copiado esto sin poner las fuentes):
El origen de las muñecas es prehistórico. Se supone que desde tiempos inmemoriales, los niños han utilizado muñecas para sus juegos, imitando la realidad de los papás y sus hijos. La palabra francesa poupée deriva del latín puppa, que significa niña. En los comienzos las muñecas fueron fabricadas de madera, de barro cocido, de marfil o cera. Los griegos y romanos crearon muñecas con brazos y piernas articuladas. En el siglo XIX aparecieron muñecas con bustos realizados en papel maché. En Alemania e Inglaterra se fabricaron muñecas de porcelana que son la delicia de actuales coleccionistas. Francia se especializó en las vestimentas de estos juguetes. De Europa se enviaron a China. Así comienzan poco a poco a aparecer en el mercado variedad de muñecas blancas, negras, bebotes y con aspectos de niñas, grandes o pequeñas, de trapo, de goma, o de materiales duros, pero es quizás el más popular de los juguetes. Hacia 1880, Thomás Alba Edison(1847-1931), inventó una muñeca que decía mamá y papá. En 1958 aparece la muñeca con aspecto de adulta, la Barbie. En 1961 aparece su amigo el muñeco Ken, y sucesivamente han aparecido otros personajes del mundo "barbie".

Según el encarta 2006:
La muñeca es un juguete que existe en la mayor parte de las civilizaciones. Se han descubierto en yacimientos arqueológicos de todo el mundo figuras, o muñecas, hechas de madera o arcilla. A pesar de que el significado preciso de estos objetos es todavía incierto, se cree que estas figuras femeninas representan la fertilidad. Obviamente no eran juguetes en el sentido moderno de la palabra. Se cree que las muñecas no formaron parte del mundo de los niños hasta miles de años después. Hasta después del periodo paleolítico no se empezaron a construir figuras masculinas.