Ella guardaba en sus manos
palabras,
soles,
pequeñas piedras,
amuletos,
el canto de las aves del amanecer.
La música del pinar,
le acunaban los sueños.
Cargaba sus bolsillos con semillas
y tierra fresca.
Se bebía el sol con los ojos
y con su piel el río.
Se desbordaban de luz y gotas
sus pestañas
Ella se refugiaba
en las copas de los árboles
se resguardada del viento
dibujaba con sus manos
horizontes de palabras,
soles y mañanas.
Despedía al atardecer con sus labios
de sus bolsillos
tomaba el trigo y la tierra
y cantando conjuros
creaba su futura mañana.